¿Cerebro Rápido = Alta Capacidad? La Cara B que Nadie Cuenta

Cerebros Rápidos: Manual de Supervivencia para Gente que Piensa Antes de que el Mundo Parpadee

¿Has sentido alguna vez que tu cerebro va tan rápido que el resto de la humanidad parece estar en modo ahorro de energía? Bienvenido al club exclusivo de los que piensan a la velocidad de la luz… y a veces se estrellan igual de rápido. Aquí no hay medallas, solo la satisfacción de saber que, mientras otros buscan el enchufe del USB, tú ya has diseñado el cable inalámbrico… pero te has olvidado de cargar el móvil.

La alta capacidad no es tener un cerebro con WiFi 6 mientras el resto va por Bluetooth. Es más como tener un Ferrari en un atasco: puedes acelerar, pero sigues rodeado de coches que no pasan de segunda. Y claro, cuando por fin entiendes por qué no encajas, todo cobra sentido. Es como descubrir que llevas años intentando abrir la puerta empujando cuando había que tirar. 

Mitos, Leyendas y Otras Tonterías

El mito más grande: si eres de alta capacidad, eres mejor. Error. Si más siempre fuera mejor, el teletexto seguiría existiendo y todos tendríamos móviles con antena extensible. Pero no. El cerebro humano, ese genio de la eficiencia energética, asocia “más” con “mejor” porque así sobrevive gastando menos neuronas. Si te dicen “piensa en grande”, responde: “Prefiero pensar en horizontal, en la cama y con la luz apagada”. Evolutivamente aprobado.

Luchar contra los sesgos es como explicarle a tu perro que los fuegos artificiales no son el apocalipsis. O enseñarle a tu abuela a descargar un PDF. Spoiler: no funciona. Pero si eres de los que disfruta los retos imposibles, enhorabuena, tienes madera de cerebro rápido. Porque aquí, el reto es desmontar automatismos que llevan milenios funcionando. Es como intentar convencer a alguien de que aprovechar el talento es mejor que pedir nuggets en un restaurante de estrella Michelin.

El Club de los Inadaptados (Y Orgullosos de Serlo)

¿Quiénes son los miembros de este selecto club?

  • Personas con sospecha o diagnóstico de alta capacidad.
  • Padres y madres que han recibido el diagnóstico de sus hijos y han entrado en pánico.
  • Educadores que creen que desperdiciar talento es un crimen contra la humanidad.
  • Cualquier ser humano que se ha dado cuenta de que el cerebro es el único recurso natural inagotable… salvo que nos extingamos.

A todos ellos les une una obsesión: el bienestar. El propio o el de sus hijos. Porque desaprovechar talento es como dejar un filete entero en un restaurante caro porque “no era lo que esperabas”. Haber pedido nuggets.

Un reto imposible es como intentar que tu perro no crea que la Nochevieja es el fin del mundo. Pero si el reto es alcanzable, se convierte en motivación. Y ahí es donde los cerebros rápidos encuentran su gasolina. Eso sí, la gasolina premium: la que solo se vende en estaciones de servicio imaginarias.

Más Rápido No Es Mejor (Ni Peor). Es… Diferente

Tener un cerebro rápido no te hace mejor. Tampoco peor. Simplemente eres diferente. Como ese amigo que resuelve el cubo de Rubik mientras tú buscas en Google qué es un cubo de Rubik. La sociedad te aplaude cuando aciertas, pero si fallas, te miran como si hubieras traicionado a la humanidad. Y encima, tu voz interior te susurra: “Si eres tan listo, ¿cómo no lo viste venir?”. Gracias, cerebro, por el apoyo.

Pensar diferente es vivir en un universo alternativo. Es como ser el único que ha leído las instrucciones del juego de mesa, pero todos deciden jugar como les da la gana. Anticipas lo que va a pasar, pero si lo llamas “intuición” te creen antes que si lo llamas “teoría bayesiana”. Porque los datos aburren, pero el esoterismo con buen marketing, vende.

La teoría bayesiana dice que el cerebro toma decisiones usando probabilidades basadas en experiencias previas y nueva información sensorial1. Por eso evitamos el fuego aunque nunca nos hayamos quemado. Y por eso aún hay carteles que dicen “No metas la mano en la jaula del león”. El cerebro aprendió a base de ensayo y error. Algunos siguen atascados en la fase de error, pero la evolución no es perfecta.

El Subconsciente: El Currito del Cerebro

Todo este procesamiento ocurre en el subconsciente. El subconsciente es el becario explotado que hace todo el trabajo mientras el consciente se lleva las medallas. Así, los cerebros rápidos llegan antes a la conclusión, pero no tienen ni idea de cómo han llegado. Solo saben que la respuesta es “sí” o “no”. Intentar explicarlo es como intentar razonar con un gato: te miran raro y se van.

Un cerebro rápido es como ver la película antes que nadie y tener que fingir sorpresa cuando el asesino es el mayordomo. Si intentas explicar cómo lo sabes, te miran como si hubieras insultado al director. Así que te toca elegir: desconectar y esperar a que acabe la película, o practicar el masking, ese arte de aparentar que todo va bien mientras tu mente está en otro planeta.

Masking: El Arte de Fingir Que Encajas

El masking es el mecanismo de supervivencia de los cerebros rápidos. Finges que eres “normal” para no asustar al resto. Como cuando vas a una reunión y asientes aunque ya sepas cómo va a acabar todo. Es agotador, pero a veces es la única forma de sobrevivir en la jungla social.

Conclusión: Ser Rápido No Es Ser Mejor, Es Ser Raro (Y Eso Mola)

Si has llegado hasta aquí, felicidades. O eres de los nuestros, o tienes mucho tiempo libre. En cualquier caso, gracias. Porque en el fondo sabes que en la alta capacidad el “más” es solo una parte de la historia. Que más no siempre es mejor. Que tener un cerebro rápido es como tener un superpoder… que a veces solo sirve para perderte en tus propios pensamientos.

Así que la próxima vez que te pregunten si prefieres pensar en grande, diles que prefieres pensar en horizontal, con la luz apagada y el móvil en modo avión. Porque la verdadera inteligencia está en saber cuándo acelerar y cuándo dejarse llevar por el atasco.

 

Fuentes

  • Friston, K. (2010). The free-energy principle: a unified brain theory? Nature Reviews Neuroscience, 11(2), 127-138.
  • Gagné, F. (2015). Differentiating giftedness from talent: The DMGT perspective. In S. I. Pfeiffer (Ed.), Essentials of gifted assessment.
  • Sastre-Riba, S., & Castelló-Tarrida, A. (2020). Alta capacidad intelectual: mitos, realidades y necesidades educativas. Revista de Educación, 388, 11-34.
  • Sternberg, R. J., & Davidson, J. E. (Eds.). (2005). Conceptions of giftedness. Cambridge University Press.

 

 

 

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